por Ánonimo
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30 nov., 2019
Podía ver que estaba tan emocionada como yo por el encuentro, mas allá de lo sexual es el afecto enorme que con el tiempo se había acumulado, la amistad era el ingrediente más espectacular de todo, no éramos desconocidos del todo, habíamos cantado, compartido penas, aconsejado, felicitado por cumpleaños y sin sospechar que algún día nos conoceríamos. En mi mente estaba su sonrisa que me regaló en algunos intercambios de Web Cam. Este relato no podría ser corto y no sólo enmarcado de erotismo, ternura e inocencia este viene desde adentro de mi corazón, posiblemente más personal que de show. Llegué a Puebla sudando en pleno fresco, nunca me sentí tan nervioso o inseguro como los 10 minutos antes de bajarme a tocar su puerta, revisé mi aliento, mi apariencia, y como si algo pudiera hacer al respecto también revisé mis expresiones de piel sobre todo en la cara, en los ojos. Con júbilo y nervio expectante en quien abriría la puerta; Y si todo fue una mentira? Si aun está con su marido? Y si vive con su madre? Sentí que mi iris se abría con la puerta, mi corazón golpearía su pecho en el abrazo, sentí como si ella dudara que en realidad no nos conocíamos, guardó prudencia pero la confianza de 3 años me la entregaba a los brazos. Fue en el abrazo que me volví a sentir vivo, podía ver su latir, respirar su gusto por vernos, no podíamos negarlo, nos queríamos sentir, era el comienzo de un sueño que se nos atravesó sin planear. Sin poses, sin arrogancias, transparentemente gozosos. Claro! fuimos al café, un paso obligado, era la prueba de fuego, si daríamos el siguiente paso o solamente se quedaba en un encuentro amistoso; Aunque habíamos hablado de nuestras fantasías, esto no era un compromiso que se diera, su timidez no ocultó su pasión, nuestras miradas se cruzaban en busca de las señales de siga, mi corazón me exigía que actuara con seguridad que le hiciera saber lo mucho que su presencia me agradaba, nada se me ocurría, estaba bloqueado! Su ardiente actitud discreta, respondió el encuentro fortuito de los pies bajo la mesa, fue el mágico, detonante para tomarle de las manos, por inocente que fuera la caricia era con la ternura que nos inspirábamos, a paso lento para no estropearlo, en su mano sentí su corazón desbocado, o seria el mió? Podía ser cualquiera. En la caricia me entregaba la llave de su pasión de su cariño, y Yo entregaba feliz mi libertad, poniéndome a su disposición, su voluntad la depositaba en la confianza que me tenía, sin dejar duda, respondí el calor de su caricia suave sobre mi piel que hacia vibrar mi humilde corazón, la piel se me ponía chinita, un escalofrío que hacia mucho tiempo no sentía me regaló un suspiro, su mirada me restaba agilidad, me llenaba de silencio el espacio para sólo verle a los ojos comprobando que todo el cachondeo de pláticas anteriores, había sido honesto y queríamos llevarlas a acabo. Con delicadeza propuse el siguiente paso Podemos ir a un lugar donde estemos solos?, La respuesta esperada era “si”. No, no tengo tiempo, me dijo. Pensé que llegarías más temprano. Me invadió el frío más horrendo, el sol se cubrió de nubes, el frío me dijo aquí estoy, el viento me recordó que estaba lejos de casa y su voz se alejó con el latir de mi corazón. No dude mas le dije -“amor” quiero estar contigo corazón, no puedo esperar más, -yo tampoco quiero esperar más, pero no puedo!, -háblale a tu vecina, a tu amiga que se yo algo que se te ocurra, cuanto tiempo tenemos? -Menos de una hora! -Pues tomemos un taxi que llevo prisa y prefiero sentirte que manejar. Estos besos eran de pasión y deseo. Con caricias de incontenibles ganas de sentirnos. De reacción inmediata en nuestros cuerpos. Rumbo a un motel, ante los ojos de cualquiera pudiera verse como una fría sesión sexual sin embargo, lo vivido virtualmente no me dejaba duda, que era ella mi motivación y yo la suya, nos erotizaba, me llenaba de calor desenfrenado. El chofer percibió el olor sexy de nuestras caricias y busco por el retrovisor más información, ¡Me urge llegar a un motel!, le dije firme, no hubo más explicaciones. El ambiente se enmarcó con la melodía de su radio que nuestras caricias ignoraron. Llegó ese primer beso de sabor enamorado, que me hundió en el pecho su suspiro, y bombeando fuerte la sangre a los genitales. Sentí el calor inmediato por debajo de mi abdomen, la firmeza en sus pechos no eran de 15 añera, era de placer libidinoso, sentir el rose de su ropa me exigía desvestirla. No soy experto pero sabia como desnudar comencé abriendo la blusa. Sin pensar en el final, sentí en mis manos el calor de su piel su sonrisa me indicaba que todo iba bien, su voz se hizo ronroneo. Ábreme el cierre! Tú quítame la ropa Primero tu, que quiero ver cada escena con atención Me da pena que me veas Ni esperaba, ni deseaba ver el cuerpo impecable de una jovencita, mas bien era su madurez lo que me prendía, acariciar su rostro, sus pechos amasables, de incontenible adaptación a la forma, sus nalgas descubiertas para mis ojos, su mirada iluminándome el alma, lo más excitante era saber que no era una jovencita engañable, era toda una mujer hecha con gustos y carácter con decisión y pasión la que me permitía desnudarla y me deseaba. Más que sexo parecía un paseo cultural, no podía dejar de admirarla, recorrer su piel, sentirme dueño de su calor, besar su abdomen, besarle la piel agradecido por la aceptación, bebí de su flor con la mas devota fascinación, lamí entregado sin reloj, me dejé envolver por la lujuria, la quería de cómplice y comencé a ser un bribón, la gentileza la hice a un lado pero no el respeto, abrí sus piernas para ver lo que me comía a tanto placer, estiré la lengua como queriendo ver donde la ponía, despacito recorrí cuneteándola en la raja, cien veces repetí por que me encantó, le junté las piernas al pecho para no quedarme con las ganas, le pasié la lengua por todos lados. Apartándola de los buenos modales y costumbres de decencia, perversamente le chupé los alrededores y centros, con auténtico gusto grabándome su humor, su calor y su alegría. Un suspiro suyo me bastaba para dar muchas más lamidas. Mi mano con memoria propia buscaba el peso ligero de sus senos, pero disfrutaba tanto su piel como acariciando su mejilla, lo que más gustaba era sentir que ella lo apreciaba. Mi hinchazón masculina suspendida en las nubes no se quejaba, sólo me avisaba que estaba disponible, en mis labios ella terminó una vez y con mas confianza me sentí, con gallardía le dije quieres verme? De cerquita? Si!, bajé sus piernas, subí la luz, me hinqué a su lado, puso su mano en mi dureza, me jalaba mostrando todo su afecto, caliente y generosa posó sus labios en mi ser, tres instantes y la besé, con la lengua le hice el amor, agradecido infinitamente. Mi placer era complacerla le volví a mamar sólo para preparar la penetración. Más que ver entrar mi pene abriéndose paso en sus labios, quise ver sus ojos expresando mi llegada, ver el color de sus gemidos, el aroma de su calor, la elegancia de su estremecer. Me metí con lentitud, saboreando cada avance, sin interrumpir su sentir, no dije nada solo miré y la avancé. Que belleza!!! Que mojados!, cuanto ruido!, la perversión me inundaba dulcemente, sus caricias no se detuvieron , me incorporé sin salir de ella, levanté sus piernas, no me podía perder la visión, quise ahora si, ver como desaparecía esa carne en su vientre, memorizar como la magia de su vulva me desaparecía, mi brillosa, palpitante y caliente hombría, jugué con sus piernas, arriba, flexionadas, abiertas ,de lado, en todas formas posibles; dócil me permitía todo, no sentí necesidad de saber hasta donde me permitiría llegar simplemente hice lo que se me antojó, fue momento de voltear, sin desesperación disfruté ver su reacomodo, como con su propio impulso daba la vuelta, sobre sus rodillas paso a paso hacia mi, se arqueó, seguí viendo, sus vaivenes, me esperaba y yo la admiraba, volví a besarle la flor y el punto exacto, usé mis dedos, como queriendo grabarme con mis 5 sentidos este bello momento, mis manos guiadas por la ansiedad de la pasión recorrían mi cuerpo y el suyo, sentí ganas de apretarme y acercarme, para untarme en ella más que penetrarla, me pasié por su vulva, humectándome de su calor, le di palmaditas mientras gozaba la vista arqueada con la colita arriba, me paré en la cama , flexioné mis rodillas para entrar bien, mis manos tomaron su cintura como si evitaran su fuga, pero mas bien era para arremeterla toda. Con todo respeto, la haría mi puta, mi mas dulce servidora, con palabras sucias le hice saber que lo que le haría -te voy a partir en dos!, de inmediato suspiró, y el ritmo comenzó, nuestros cuerpos danzaron intensamente y en cámara lenta buscaba mecerme limpiamente escuchando el contacto rítmico de nuestros cuerpos, ver sus ojitos brillar a ritmo de su gozo, rebotar el glúteo a mi paso, balancear sus tetas con cada embestida, mi rostro muy caliente, la frente se me empapó, la tomé entre sus muslos y nalgas para levantarle más el arqueo. Más palabras sucias y ella llegaba, su gemido liberaba mi satisfacción me uní a su deleite, su felicidad era la mía, tomé la recta final pero antes la saqué para pasearla con firmeza por en medio de sus nalgas, amenazante de su vulnerabilidad y volví a la estocada. Terminé adentro y algunas gotas sobre su espalda, con la licencia que su satisfacción me regalaba, sus mejillas sonrojadas, el sudor también estaba en su frente, sus labios eran mas rojos que nunca, se miraba mas hermosa con su mirada tranquila iluminando mi orgullo por sentir sin duda que la había hecho feliz, necesitaba respiro, caí a su lado y ella me abrazó. Sabíamos que no iba a durar mucho ese momento así que decidimos grabárnoslo hasta donde más no se pudiera, nos quedamos viendo fijamente, las palabras estaban de sobra. Puse mi índice sobre sus labios y admire su belleza. Su amiga se encargó de regalarnos algunos invaluables minutos más de esa noche. Por tus encantos mi curiosa enamorada, mi cariño para ti Ojitos!!